Del individuo egoista a la pareja generosa,Jorge Díaz Echandía (Libro)

Hombres y mujeres llegamos a la edad, unos antes que otros, de
sentirnos atraídos por alguna persona y deseamos conformar pareja
y convivir con ella; cuando creemos que reúne esas condiciones que
ideamos debe tener la pareja elegida.

Por lo general, y dada nuestra condición de seres educados de forma
individualista, entendemos que nuestra felicidad, es responsabilidad
del otro. Es decir, cada uno, se siente con derecho a que el otro
debe hacer todo el esfuerzo para sentirse cómodo en la relación,
pero él o ella no se siente igualmente obligado con su pareja.
Este en principio es el primer error, una pareja se conforma por la
decisión compartida y responsable de hacerse cargo cada uno del
otro.
Como no fuimos educados para compartir generosamente, sino de
manera egoísta, nos encontramos en dificultades para conseguir una
relación de armonía que llene nuestras expectativas de felicidad con
la persona amada.
La metodología empleada en el movimiento internacional
Encuentros de Novios, que propende por conseguir que las parejas
utilicen el dialogo como herramienta para conocerse cada día mejor,
apunta a que cada uno se comprometa con el otro y que ambos den
el cien por cien de si, en una entrega generosa, si realmente dicen
amar al otro.

Amar en una relación de pareja implica “donarse”, es decir, que
todo cuanto le demos al otro, lo hacemos de manera desinteresada y
sin esperar a cambio, o sea, que no podemos condicionar su
respuesta a lo que estamos dando. Pero entiéndase bien, eso no
quiere decir que sea deber de uno solo de la pareja, sino que ambos
están llamados a obrar en concordancia.
Si uno o ambos son egoístas y no responden con generosidad, están
con su actitud, contribuyendo a deteriorar la relación.
Algunas de las orientaciones aquí sugeridas, son las mismas que se
emplean en los encuentros o seminarios para parejas, porque buscan
que ellas entiendan, la importancia de los temas que son ineludibles
en una convivencia y que si los tienen entendidos y asimilados,
tendrán mejores herramientas para afianzarse como pareja.


Otras orientaciones son tomadas de la experiencia personal y de
testimonios de parejas que a lo largo de veinte años de compartir
con ellas en encuentros de parejas, son suficiente argumento para
saber que pueden ayudar a quienes buscan sostener una relación
duradera.

La relación matrimonial, entendida como una oportunidad para
compartir la vida con otra persona, creciendo juntos en armonía,
amor y entrega generosa, es tan satisfactoria y agradable que nos
mantiene unidos, optimistas, saludables y felices. Que nos brinda la
oportunidad de ser apóstoles del amor al irradiar y testimoniar con
nuestro ejemplo, que vale la pena vivir en pareja, que de igual
manera, esa es la herencia que podemos dejar a nuestros hijos para
que cuando ellos enfrenten el reto, busquen hacerlo mejor y no
sientan temor a unirse en matrimonio.

El mundo de hoy, necesita mejores matrimonios, mejores familias,
para que los valores y cualidades positivas no falten en los hogares,
que son pilares de la sociedad. De esta manera podemos tener unas
mejores generaciones que enfrenten el futuro con optimismo y
responsabilidad.

Para quienes emprendan la lectura de las siguientes páginas, la
recomendación es tomar estas orientaciones como lineamientos que
pueden contribuir a mejorar sus estilos de vida personales y de
parejas, no son camisa de fuerza, entiéndase que cada individuo
tiene su personalidad y sus criterios. Pero cuando tomamos la
decisión de mejorar algunos aspectos de nuestra personalidad, se
debe a que estamos interesados en mejorar nuestra existencia,
entonces, lo expuesto aquí puede servirles en su decisión de cambio.

Gracias por tomarse el tiempo para leer el tema y ojalá puedan
aprovecharlo para su bienestar futuro.
Asuma en la práctica un tema a la vez y evalué sus resultados,
siempre comparta a su pareja que quiere hacer y busque su apoyo.
Les deseo los mejores resultados...

Jorge Díaz Echandía.


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