SERIAS DUDAS SOBRE TESTS PROYECTIVOS

On: jueves, marzo 25, 2010

He trabajado por mucho tiempo en psicometría. Primero trabajé en econometría, dada mi formación económica original, de modo que creo saber lo suficiente en cuanto a fiabilidad de los métodos de correlación estadística, manejo de variables y capacidad proyectiva de los métodos de regresión. Desde que comencé a trabajar con la estadística asociada a la medición de variables psicológicas nunca me convenció la fiabilidad que se proyecta sobre el test de Rorschach, ni el test del árbol, o el de apercepción temática (TAT). Cada vez que preguntaba a un especialista en este tipo de pruebas cuál era su resultado sobre tal o cual variable, normalmente no coincidían. Mi interés científico me llevó a tomar notas de lo que decía cada especialista y a descubrir que no había acuerdos sobre la manera de interpretar las distintas variables, con las consiguientes desviaciones en las conclusiones y, lo que es peor, la catástrofe sobre muchas personas evaluadas, tanto para diagnóstico como para selección de personal. Aunque mi muestra de observaciones era insuficiente o demasiado pequeña, decidí no aplicar métodos proyectivos sobre el proceso de selección de personal, ya que no me daban confianza.

Bueno, buscando y buscando más pruebas sobre la calidad y confianza de estos instrumentos, me he encontrado con muchos críticos que apoyan mi hipótesis. Pero hay un trabajo que creo que merece la pena conocerse y definitivamente apoya mi hipótesis con pruebas contundentes. Me refiero al trabajo de los especialista Lilienfeld, Scott O.; Wood, James M. y Garb, Howard N. que revelan una serie de deficiencias muy serias de este tipo de instrumentos. Lo muestro porque me parece sumamente preocupante que se continúen aplicando estas herramientas como si fuesen la panacea, tanto a nivel clínico como a nivel de evaluación y selección de personas, y, lo que es peor, que se apliquen en instituciones gubernamentales para cargos de alta dirección pública o de nivel profesional ejecutivo. Aquí va el texto de estos especialistas:


Si le pidiesen al lector que describiera las imágenes que estuviese viendo en una mancha de tinta o que inventara una historia basándose en una ilustración ambigua, por ejemplo en la de un hombre de mediana edad que aparta su mirada de una mujer que le iba a tomar del brazo? Para acceder a lo pedido, tendría que recurrir a sus propias emociones, experiencias, recuerdos e imaginación. En suma, se proyectaría él mismo en las imágenes observadas. Una vez hecho esto, muchos psicólogos aseguran que podrían interpretar las expresiones del lector y extraer conclusiones sobre los rasgos de su personalidad, sus necesidades inconscientes y, en resumidas cuentas, sobre su salud mental.

Pero, ¿hasta qué punto serían acertadas esas conclusiones? No se trata de una cuestión baladí. A menudo los psicólogos aplican tales métodos "proyectivos" (presentando imágenes, palabras u objetos ambiguos) como elementos de evaluaciones mentales y los resultados pueden afectar profundamente a las vidas de los sometidos a las pruebas. Estas se emplean, con frecuencia, para diagnosticar enfermedad mental, para predecir si los convictos volverán o no a delinquir cuando se les dé libertad condicional, para evaluar la estabilidad mental de padres que se pelean por la custodia legal de sus hijos y para discernir si los niños han sufrido abusos sexuales.

Los autores han revisado un gran número de investigaciones acerca de la fiabilidad y la eficacia de los métodos proyectivos, concentradas sobre tres de las pruebas más difundidas y mejor estudiadas.

¿Mariposas o bisontes?

El famoso test de Rorschach de las manchas de tinta ?que pide a los sujetos que describan lo que ven en una serie de 10 manchas? es con mucho el más extendido de los métodos proyectivos. Se aplica, cada año, a centenares de miles o quizás a millones de personas. Nuestra investigación se refiere a la versión moderna, rehabilitada, no a la construcción original del test introducida en los años veinte del siglo xx por el psiquiatra suizo Hermann Rorschach.

La prueba inicial fue objeto de severas críticas en los años cincuenta y sesenta, en parte porque carecía de procedimientos estandarizados y de un conjunto de normas (resultados promediales del total de la población). La estandarización es importante, pues lo que podrían parecer diferencias triviales en el desarrollo de una prueba influye en las respuestas dadas. Las normas codificadas proporcionan un punto de referencia para determinar cuándo las respuestas se salen del intervalo de lo aceptable.

Por los años setenta, John E. Exner, Jr., corrigió manifiestamente los problemas que había en el test original de Rorschach introduciendo el Sistema Comprensivo. Consistía éste en una serie de instrucciones que establecían reglas minuciosas sobre cómo proponer el test de las manchas de tinta y cómo interpretar las respuestas; daba también normas según se tratara de niños o de adultos.

Pese a la popularidad del Sistema Comprensivo, en líneas generales se queda corto respecto a dos criterios cruciales que también resultaban problemáticos para el Rorschach original: la fiabilidad y la validez de la medición. Una prueba paramétricamente fiable da resultados similares con independencia de quien califique y tabule las respuestas. Una técnica válida mide aquello que trata de medir: sus resultados concuerdan con los producidos por otros métodos fidedignos, predicen un comportamiento o ambas cosas.

Ayudará a entender los defectos del Rorschach en cuanto a fiabilidad de la medición el saber cómo se interpretan las reacciones a sus manchas de tinta. Primero, el psicólogo clasifica las reacciones recogidas distribuyéndolas en más de 100 características o variables. El evaluador, por ejemplo, registra si la persona se fue fijando en las manchas enteras o sólo en partes de ellas, anota si las imágenes detectadas fueron inusuales o fueron las típicas de la mayoría de los sometidos a la prueba, y apunta qué aspectos de las manchas de tinta (forma o color) fueron los más determinantes de la respuesta expresada.

A continuación, el examinador compila esos datos y traza un perfil psicológico del individuo en cuestión. Como parte del proceso interpretativo, los psicólogos podrían concluir que el fijar la atención en detalles menores (por ejemplo, en salpicaduras aisladas) de las manchas, en vez de fijarse en las imágenes enteras, es indicio de tendencias obsesivas en el sujeto, y que el ver cosas en los espacios en blanco entre las manchas mayores, en vez de verlas en las superficies tintadas, revela un fondo de negativa contrariedad.

Para que la puntuación de una variable se considerase muy de fiar, dos evaluadores distintos deberían anotar similares calificaciones al examinar las respuestas de cualquier persona. Sin embargo, la investigación reciente demuestra que sólo se logra un alto grado de acuerdo para la mitad aproximada de las características examinadas por los que puntúan las respuestas al Rorschach; para las restantes variables, los evaluadores podrían ofrecer calificaciones muy dispares.

No menos preocupante resulta saber que los análisis de la validez del Rorschach revelan su escasa capacidad para descubrir la mayoría de los trastornos psiquiátricos, si exceptuamos la esquizofrenia y otros desequilibrios caracterizados por desórdenes del pensamiento, tales como el trastorno bipolar (psicosis maniacodepresiva). Pese a las pretensiones de algunos abogados del Rorschach, este método no detecta, de una forma consistente, la depresión, los trastornos de ansiedad ni la personalidad psicopática (condición que se caracteriza por la falta de honradez, la insensibilidad y el nunca creerse culpable).

Además, aunque los psicólogos aplican frecuentemente el Rorschach para descubrir tendencias violentas, impulsivas y criminales, las investigaciones sugieren, en su mayoría, que tampoco sirve para estos propósitos. Ni hay motivo sólido que abone su empleo para detectar la pedofilia.
Han ido emergiendo nuevos problemas. Algunos datos sugieren que las normas del Rorschach destinadas a distinguir entre la salud y la enfermedad mentales son poco representativas de la población y yerran al reputar inadaptados muchos adultos y niños. En un estudio realizado en 1999 en un banco californiano de donantes de sangre, uno de cada seis de 123 adultos voluntarios tuvo evaluaciones supuestamente indicativas de esquizofrenia.


El error se incrementa a propósito de las minorías. Varios trabajos han demostrado que las evaluaciones hechas para afroamericanos, indios norteamericanos, naturales de Alaska, hispanos y centro y sudamericanos difieren notoriamente de las normales. En conjunto, la investigación suscita serias dudas sobre el uso de las manchas de tinta de Rorschach en psicoterapia y en peritajes judiciales.

Dudas sobre el TAT

Otra prueba proyectiva, el Test de Apercepción de Temas (TAT), puede ser tan problemática como el Rorschach. Exige ese test que los sujetos narren una historia a partir de escenas ambiguas representadas en dibujos o láminas. Entre las 31 láminas de que disponen los psicólogos hay una en la que un muchacho contempla un violín, otra en la que una mujer enloquecida se agarra a una puerta, y otra en la que se ve al hombre y la mujer mencionados al comienzo de este artículo. Para colmo de la ambigüedad, hay una lámina absolutamente en blanco.

Al TAT se le ha llamado "delicia del psicólogo y pesadilla del estadístico". Su desarrollo no suele ajustarse a ningún estándar: según el psicólogo presentará tantas o cuantas láminas, éstas o aquéllas. Añádase que las historias redactadas por los sujetos las interpretan la mayoría de los psicólogos intuitivamente, en vez de seguir un procedimiento de puntuación consolidado. En una encuesta reciente a un centenar de psicólogos ejercientes en ámbitos juveniles y familiares se descubrió que, al aplicar el TAT, sólo el 3% contaban con un sistema de puntuación estandarizado. Y se sabe que los psicólogos que interpretan el TAT intuitivamente tienden a exagerar en los diagnósticos de trastornos psíquicos.

Dispone el TAT de numerosos sistemas de puntuación estandarizados, pero algunos de los más populares resultan poco fiables en cuanto a la verificación de las pruebas: las calificaciones que se dan de una sesión de test no guardan coherencia con las que se dan de la sesión siguiente. Y su validez también es con frecuencia cuestionable; los estudios que hallan resultados positivos quedan, a menudo, en entredicho por otras investigaciones. Se ha comprobado que varios sistemas de calificación son incapaces de distinguir entre los individuos normales y los psicóticos o los depresivos.

De unos pocos sistemas de evaluación estandarizados para el TAT sí puede admitirse su capacidad para discernir ciertos aspectos de la personalidad, en particular la necesidad de conseguir algo y la manera en que una persona percibe a las otras (las llamadas "relaciones objetivas"). Pero no es raro que los individuos que muestran una fuerte necesidad de lograr fines no puntúen bien en las mediciones del logro efectivo, por lo que puede que sea limitada la capacidad de esta variable para predecir el comportamiento de una persona. A estos sistemas de evaluación suelen faltarles normas codificadas; no han alcanzado madurez suficiente para su aplicación fuera de los marcos de la investigación, aunque merecen que se los siga estudiando.
Faltas en las figuras


A diferencia del Rorschach y del TAT, que provocan reacciones de los sujetos ante imágenes ofrecidas, una tercera prueba proyectiva demanda que dibujen ellos las imágenes. En una versión, así el Test de Dibujar una Persona, se ha de esbozar un ser humano; en otras, se trata de dibujar casas o árboles. Los psicólogos interpretan los dibujos a través de relaciones entre determinados "signos" ?rasgos del cuerpo o del vestido? y aspectos de la personalidad o especiales trastornos psíquicos. Podrían asociar unos ojos grandes a paranoia, nudos de corbata anchos a agresión sexual, falta de rasgos faciales a depresión, y así por demás.

Lo mismo que los otros métodos, la investigación fundada en los tests de dibujos despierta serias preocupaciones. En algunos estudios concuerdan bastante las notas dadas por distintos evaluadores, pero en otros el acuerdo es escaso. Peor aún, ninguna prueba sólida respalda la validez del enfoque sígnico en la interpretación; en otras palabras, no parece que los psicólogos puedan basarse en nada para vincular determinados signos a particulares rasgos de la personalidad o a diagnosis psiquiátricas. Ni hay pruebas sólidas de que los signos que se supone vinculados al abuso sexual sufrido por niños (lenguas o genitales) revelen en realidad una historia de pedofilia. El único resultado positivo repetidamente obtenido es que, en cuanto grupo, las personas que dibujan figuras humanas con omisiones o deformaciones tienen tasas un tanto elevadas de trastornos psíquicos. Por el contrario, hay estudios donde se muestra que los psicólogos tienden a atribuir patologías mentales a muchos individuos normales que carecen de destreza artística.

Ciertos proponentes de los métodos semióticos defienden la validez de los mismos en manos de expertos avezados. No es lo que comprobó un grupo de investigadores: los expertos que aplicaron el Test de Dibujar una Persona anduvieron menos finos que los recién licenciados a la hora de distinguir entre la normalidad y la anormalidad psicológicas.
Podrían servir algunos sistemas de evaluación global, no basados en signos. En vez de dar por supuesta una correspondencia exacta entre una característica de un dibujo y un rasgo de la personalidad, los psicólogos que aplican tales métodos combinan muchos aspectos de las imágenes para hacerse con una impresión general de la adaptación de la persona. En un estudio de 52 niños, una prueba de evaluación global ayudó a distinguir los individuos normales y los que padecían trastornos de talante o ansiedad. En otro informe, la interpretación global sirvió para distinguir con acierto a 54 niños y adolescentes normales de otros que eran agresivos o extremadamente rebeldes. Quizás el enfoque global funcione mejor que el semiótico debido a que la agregación de información podría cancelar el "ruido" procedente de variables que desvíen o menoscaben la información.


Nuestra revisión de la bibliografía indica, además, que tal como suelen desarrollarse, el Rorschach, el TAT y los tests de dibujar una figura humana solamente son útiles en muy limitadas circunstancias. Y lo mismo ocurre con otros métodos proyectivos.
También hemos comprobado que, aun cuando los métodos evalúen lo que pretenden medir, tiende a faltarles "validez aditiva": raramente añaden gran cosa a la información que puede obtenerse por otros medios menos pretenciosos, es decir, entrevistas o tests de personalidad objetivos. (Los tests objetivos piden que se responda a preguntas claras y definidas, tales como: "Tengo con frecuencia pensamientos de estar perjudicándome a mí mismo: ¿Verdadero o falso?"). Este inconveniente de los métodos proyectivos hace que sea difícil de justificar el dinero y el tiempo que cuestan.


¿Qué decisión tomar?

Algunos psicólogos y psiquiatras no están de acuerdo con nuestras conclusiones. Sostienen que las pruebas proyectivas presentan una larga historia de uso constructivo y, si son aplicadas e interpretadas debidamente, pueden traspasar la costra de los informes que de sí mismos van dando los sujetos y proporcionar una visión de los más hondos recovecos de sus mentes. En sus críticas alegan que hemos insistido en los resultados negativos sin tener en cuenta los positivos.
Recriminaciones aparte, nuestras conclusiones están respaldadas por la investigación. Mientras nuestros hallazgos son negativos, quizá los otros estén pintando en rosa la imagen de los métodos proyectivos, inducidos por el selectivismo excluyente propio del dibujante. Sabido es que hay más probabilidades de que las revistas científicas publiquen los informes que demuestren que un procedimiento funciona que no los que lo encuentren fallido o inservible. Así pues, no es raro que los investigadores den carpetazo a sus datos negativos, que nunca saldrán a la luz.
A nosotros nos parece preocupante que los psicólogos apliquen pruebas proyectivas en situaciones para las que su validez no ha podido demostrarse. Muchas personas pueden sufrir graves consecuencias si unos diagnósticos erróneos influyen en los planes terapéuticos, en las normas de custodia o en las decisiones de los tribunales de justicia. Basándonos en nuestras investigaciones, urgimos con insistencia a los psicólogos que reduzcan la utilización de la mayoría de las pruebas proyectivas y que, cuando las hayan seleccionado debidamente, se limiten a puntuar e interpretar el corto número de variables que se ha comprobado fidedignas.
Nuestros resultados ofrecen también una lección más amplia a los psicólogos ejercientes, a los alumnos de psicología y al público en general: la de que aun a profesionales muy avezados pueden engañarles sus intuiciones y su fe en instrumentos de cuya eficacia no hay pruebas sólidas.
Los autores
SCOTT O. LILIENFELD, JAMES M. WOOD y HOWARD N. GARB son especialistas en métodos y pruebas de evaluación psicológica. Han colaborado en una reciente encuesta sobre la validez científica de los métodos proyectivos publicada por la Sociedad Americana de Psicología. Lilienfeld y Wood son profesores de la Universidad de Emory y de la Universidad de Texas en El Paso, respectivamente; Garb enseña en la de Pittsburgh.


Fuente: http://miradasistemica.bligoo.com/content/view/115322



Imprimir artículo

1 comentarios on "SERIAS DUDAS SOBRE TESTS PROYECTIVOS"

Anónimo dijo...

"me he encontrado con muchos críticos que apoyan mi hipótesis"
QUIENES SON? TIENES NOMBRES-DATOS?

"Una vez hecho esto, muchos psicólogos aseguran que podrían interpretar las expresiones del lector y extraer conclusiones sobre los rasgos de su personalidad, sus necesidades inconscientes y, en resumidas cuentas, sobre su salud mental".
LA SALUD MENTAL... EL ENCARGO SOCIAL.

"La prueba inicial fue objeto de severas críticas en los años cincuenta y sesenta"
LOS AÑOS CINCUENTA Y SESENTA TE LO CONTARON? TIENES NOMBRES?

"Además, aunque los psicólogos aplican frecuentemente el Rorschach para descubrir tendencias violentas, impulsivas y criminales, las investigaciones sugieren, en su mayoría, que tampoco sirve para estos propósitos"
CUÁLES INVESTIGACIONES?

1 "Ni hay motivo sólido que abone su empleo para detectar la pedofilia".
2 "Ni hay pruebas sólidas de que los signos que se supone vinculados al abuso sexual sufrido por niños (lenguas o genitales) revelen en realidad una historia de pedofilia".
DOS ALUSIONES (NI-NI Doble negación: denegación)AL MISMO TEMA... MMM EL SÍNTOMA SE UNE A LA CONVERSACIÓN... QUE TE HACE MENCIONAR CON F-R-E-C-U-E-N-C-I-A LA PEDOFILIA?

"Añádase que las historias redactadas por los sujetos las interpretan la mayoría de los psicólogos intuitivamente, en vez de seguir un procedimiento de puntuación consolidado"
POSITIVISTA, APARECE EN TUS DATOS ALGO SOBRE ASOCIACIÓN LIBRE Y CADENA DE SIGNIFICANTES?

"Por el contrario, hay estudios donde se muestra que los psicólogos tienden a atribuir patologías mentales a muchos individuos normales que carecen de destreza artística".
IDEM

"(Los tests objetivos piden que se responda a preguntas claras y definidas, tales como: "Tengo con frecuencia pensamientos de estar perjudicándome a mí mismo: ¿Verdadero o falso?"). Este inconveniente de los métodos proyectivos hace que sea difícil de justificar el dinero y el tiempo que cuestan"
ECONOMÍA DIJISTE...?
HABRÁS ESCUCHADO ALGO SOBRE MECANISMOS DE DEFENSA, FUNCIONES YOICAS Y DEMÁS?

"Ciertos proponentes de los métodos semióticos defienden la validez de los mismos en manos de expertos avezados"
TE SUMAS?...
AHÍ TE VES!!

Publicar un comentario

Comentanos tus dudas o sugerencias aqui